martes, 11 de mayo de 2010

"De Algeciras a Tetuán (1875-1906). Orígenes del proyecto colonialista español en Marruecos", de Youssef Akmir





"De Algeciras a Tetuán (1875-1906).

Orígenes del proyecto colonialista español en Marruecos", de Youssef Akmir

En el marco del programa de subvenciones en apoyo al hispanismo universitario marroquí, coordinado por el Instituto de Estudios Hispano-Lusos Rabat y patrocinado por el Ministerio de cultura español, sale a la luz pública “De Algeciras a Tetuán, (1875-1906), Orígenes del proyecto colonialista español en Marruecos”, cuyo autor es Youssef Akmir, Doctor en Historia por la Universidad Complutense de Madrid y profesor en la Universidad Ibn Zohr de Agadir.
(05/05/2010).- El libro es prologado por la historiadora Maria Rosa de Madariaga, experta en el tema y autora de varios estudios en el campo de la historia de las relaciones hispano-marroquíes. “El gran interés de este estudio, - afirma Madariaga-, además de tratarse de un trabajo de investigación en un campo como el de la historia, en el que poquísimos hispanistas marroquíes se han aventurado, aborda un periodo, el anterior al establecimiento del Protectorado español en 1912, que la historiografía marroquí apenas ha tocado”. Dividido en tres partes, el estudio aborda en la primera el tema del Marruecos precolonial, las estructuras sociopolíticas del país y el interés que éste suscitaba en el extranjero, utilizando para ello abundantes fuentes marroquíes, fundamentalmente del Archivo Real de Rabat, que aportan datos interesantes y una visión de la cuestión desde “el otro lado”, es decir, basada no en fuentes europeas, a las que también Akmir recurre para exponer sobre todo el interés por Marruecos de determinados países como España y la visión plagada de tópicos que algunos autores españoles tenían de aquel país y de sus habitantes.En la segunda parte, centrada en la situación política de Marruecos entre 1875 y 1912, así como en la política española hacia Marruecos en los Gobiernos de la Restauración de 1875 a 1898, el autor analiza en detalle, por un lado, la creciente y profunda crisis que vivía Marruecos, fundamentalmente de orden mercantil y financiero, con el consiguiente empobrecimiento del Estado y de la población, factores todos ellos que contribuyeron a precipitar el sometimiento cada vez mayor del país al extranjero; y, por otro, en lo que respecta a España, la posición de los partidos conservador y liberal y el papel desempeñado por las sociedades africanistas ante la cuestión marroquí. Para el apartado relativo a Marruecos, utiliza Akmir una abundante documentación de fuentes de archivo, fundamentalmente del Archivo de Muhammad Daoud de Tetuán, así como una extensa bibliografía de autores marroquíes, mientras que, para el apartado relativo a España, el autor recurre a fuentes españolas, tales como los Archivos del Ministerio de Asuntos Exteriores, el Archivo General de Palacio y el Archivo General de la Administración de Alcalá de Henares, así como a discursos en las Cortes, prensa del periodo analizado y bibliografía de autores españoles, tanto de la época como modernos. Hay además en esta segunda parte un tercer apartado dedicado a analizar las repercusiones de la cuestión marroquí en la vida política española, en el que el autor pasa revista de nuevo a las posiciones del partido conservador y del partido liberal, esta vez en el período comprendido entre 1898 y 1905, es decir, después de la pérdida de las últimas colonias en América y Asia y antes de la Conferencia de Algeciras, ampliando el espectro de la opinión pública española a las posiciones de otros partidos políticos como los republicanos y los socialistas, o de estamentos sociales como el ejército o la Iglesia, y dentro de ésta a la de los franciscanos como representantes de la Iglesia en Marruecos. En la tercera parte de este trabajo, centrada ya más concretamente en la Conferencia de Algeciras, que se celebró en la mencionada ciudad andaluza del 16 de enero al 7 de abril de 1906, el autor, tras pasar revista a la actitud de los distintos partidos políticos y fuerzas sociales ante dicha Conferencia, analiza las sesiones cotidianas de la misma a través de crónicas periodísticas, testimonios personales y documentos oficiales, así como la posición de los países participantes sobre las diversas cuestiones planteadas, muchas de ellas polémicas, y, por tanto, objeto de vivos debates.

El presente como un punto decisivo en la historia,

Musa Ammar Majad
Musa Ammar Majad, hijo de padre palestino y madre colombiana, nació en Táriba (estado Táchira, Venezuela) en 1977. Es Licenciado en Letras, con Mención en Historia del Arte, graduado Summa Cum Laude por la Universidad de Los Andes (Mérida, Venezuela). También posee estudios en literatura por la Universidad Nacional de Mar del Plata (Argentina).
El presente como un punto decisivo en la historia.
Reflexiones a partir de un artículo de Barry Buzan

Musa Ammar Majad
El presente como un punto decisivo en la historia
Reflexiones a partir de un artículo de Barry Buzan


Barry Buzan, profesor de estudios internacionales en la Universidad de Westminster y director de proyectos del Instituto de Investigación por la Paz de Copenhague, nos presenta, en su artículo “The present as a historic turning point” (1995), un resumen de acontecimientos diversos sucedidos a lo largo del siglo XX para señalar, palabras más, palabras menos, nuestro carácter como “punto decisivo en la historia”.
Podemos preguntar: ¿qué historia? ¿Qué punto decisivo? ¿Por qué nosotros? Las respuestas no son menos interesantes.
Desglosemos.
Desde 1914 a 1989 tenemos acontecimientos e inclinaciones ideológicas como la Primera Guerra Mundial, el comunismo, la Revolución Rusa, el fascismo militarista en Italia, Alemania y Japón, la gran depresión económica en el mundo, la conflagración de la Segunda Guerra Mundial y la Guerra Fría.
Sabemos que la Guerra Fría fue el “enfrentamiento” que tuvo lugar durante el siglo XX, desde 1945 (fin de la Segunda Guerra Mundial) hasta el fin de la URSS y la caída del comunismo que se dio entre 1989 (Caída del Muro de Berlín) y 1991 (golpe de estado en la URSS), entre los bloques occidental-capitalista, liderado por Estados Unidos, y oriental-comunista, liderado por la Unión Soviética. Este enfrentamiento tuvo lugar en todos los niveles: político, ideológico, económico, tecnológico, militar e informativo. Ninguno de los dos bloques tomó nunca acciones directas contra el otro, razón por la que se denominó al conflicto “Guerra Fría”. Estas dos potencias se limitaron a actuar como “ejes” influyentes de poder en el contexto internacional y a la cooperación económica y militar con los países aliados o satélites de uno de los bloques contra los del otro. Si bien estos enfrentamientos no llegaron a desencadenar una guerra mundial, la entidad y la gravedad de los conflictos económicos, políticos e ideológicos comprometidos, marcaron significativamente gran parte de la historia de la segunda mitad del siglo XX. ¿La razón? No otra que implantar su modelo de gobierno en todo el planeta.
Por ello es que Buzan enfatiza que la “manera más fácil de entender esta era, y particularmente su final, es verla como una tercera guerra mundial”, aunque, aclara, “la Guerra Fría no implica largas escalas peleando entre sus principales antagonistas” (1995).
“Seguridad” es, por ende, la palabra clave. Así, y en otra parte, Buzan señala que el concepto de seguridad fue adquiriendo mayor complejidad y tiene principalmente las características de multidimensionalidad y de globalidad. Es por ello que se pueden distinguir cinco dimensiones para definir a la seguridad; ellas son la militar, la política, la económica, la social y la medioambiental. Ninguna de éstas opera de manera aislada con respecto a las otras. Por ello se puede considerar que “en lo militar, seguridad se refiere a las capacidades ofensivas y defensivas de los estados y a las percepciones de los estados sobre las intenciones de otros. Seguridad política se refiere a la organización de los estados, sistemas de gobierno e ideologías que dan legitimidad a otros estados. Seguridad económica tiene que ver con el acceso a recursos, finanzas y mercados necesarios para sostener niveles de bienestar a la población y estabilidad de los estados. Seguridad del sistema social se refiere a la capacidad de la sociedad de mantener los elementos de identidad cultural, de lenguaje, religiosas y de identidad nacional, adecuados a patrones socialmente aceptados. Y seguridad ambiental es entendida como aquella que permite que los otros sistemas se apoyen” (Pardo, 1999, p. 10).
Estas distinciones son relevantes pues se concatenan, siempre según Buzan, con distintas eras de dominación occidental, tales como:
Siglo XVI: la destrucción de las civilizaciones inca y azteca en América.
Siglo XVII: la consolidación del control europeo sobre el comercio de transporte asiático, la colonización de América, la ocupación de Siberia por los rusos, y el triunfo territorial del estado soberano como la forma básica de organización política europea.
Siglo XVIII: el envío de masas de esclavos de África a América y los principios de las revoluciones nacionalistas e industriales.
Siglo XIX: la apertura de Japón y China por fuerzas militares, las migraciones de masas de europeos a América, África, Siberia y Australia, la conquista de África y la penetración del Oriente Medio, el florecimiento de diversos nacionalismos, la revolución industrial y el comienzo del uso de principios de comercio libre en las relaciones internacionales y económicas.
Entonces, siglo XX: las guerras mundiales y esa “tercera” guerra mundial que fue la Guerra Fría. A todas luces aparece un hecho evidente, el cual no es otro que la batalla de las ideas, de las ideologías, de las tendencias. Esta confrontación centenaria entre distintos actores e inclinaciones del pensamiento arroja, para Buzan, ganadores y perdedores. Resulta bastante interesante simplificarlos. Los perdedores son el monarquismo absolutista, los Imperios, el fascismo, el comunismo. Los ganadores son la prevención de la guerra entre los grandes poderes, lo económico, la determinación nacional, la ciencia y la tecnología como valores sociales, el estado territorial.
Particularmente, y ya asumiendo una postura crítica respecto a Buzan, podemos afirmar que, si bien la desintegración de la Unión Soviética implicó el fin de la estructura bipolar del sistema internacional (alterando las dinámicas regionales en el noreste de Asia, por ejemplo), unido a la apertura de China, lo anterior significó la supresión de la amenaza comunista y su reemplazo por un deseo compartido de mantener la estabilidad regional. No obstante, hoy en día, según lo podemos ver a diario en los medios de comunicación, noticias locales y/o internacionales, ya tan acostumbrados por las guerras en Kuwait, Irak, Afganistán, Yugoslavia, el Norte de África, entre otras, asistimos día a día a la participación protagónica de uno de esos “triunfadores” descritos por Buzan: la prevención de la guerra.
Es curioso que en un mundo donde las relaciones internacionales exigen como dinámica la prevención de los conflictos armados, éstos estén a la orden del día y en cualquier parte.
Pensemos. La prevención del conflicto armado o violento se ha constituido en una creciente preocupación de la comunidad internacional, dando lugar, en años recientes, a una serie de iniciativas y acciones por parte de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), organizaciones regionales, estados y organismos internacionales, y redes y organizaciones de la sociedad civil. Aunque la prevención de conflictos armados en el mundo remite a la existencia misma de la ONU, el desarrollo del conflicto de la Guerra Fría, en el marco de la división del mundo en bloques ideológicos encolumnados detrás de potencias con derecho de veto en el Consejo de Seguridad, la competencia política, económica y militar imperante y los enfrentamientos a través de estados-clientes, dificultaron el despliegue de acciones tendientes a su implementación. Sin embargo, la finalización del conflicto de la Guerra Fría dio oportunidad a la ONU para su creciente involucramiento en la prevención y resolución de conflictos armados o violentos, en un ámbito no restringido a los conflictos entre estados. La erupción del conflicto armado en la ex Yugoslavia, con las dramáticas consecuencias desencadenadas en Bosnia (1992-1995), y especialmente el genocidio producido en Ruanda, donde un número de entre 500.000 y 800.000 seres humanos fue exterminado en el lapso de tres meses, puso ante la conciencia moral de la humanidad y ante la ONU la necesidad de profundizar la capacidad de impulsar acciones orientadas a prevenir el conflicto armado o violento. En este contexto, tuvieron lugar una profundización de la acción y, al mismo tiempo, un desarrollo conceptual en materia de prevención del conflicto armado o violento. Este desarrollo, inicialmente promovido por la ONU, se extendió a organizaciones regionales, y a los estados, y progresivamente fue involucrando a otros actores, como la sociedad civil y el sector privado. Ante este panorama y este juego de actores y de acciones podemos preguntarnos entonces si de verdad se está previniendo el desarrollo de conflictos armados, de pequeñas o grandes guerras, de masacres y exterminios.
Ante tantas conceptualizaciones sólo una cosa es segura: sólo el tiempo lo dirá.

Referencias bibliohemerográficas
Buzan, Barry (1995). “The present as a historic turning point”, en Journal of Peace Research, vol. 30, Nº 4, pp. 385-390, Londres.
Pardo, Rafael. “Los nuevos elementos de seguridad para América Latina”, ponencia presentada en el Foro sobre Seguridad Hemisférica convocado por la Comisión de Seguridad Hemisférica de la Organización de Estados Americanos en Washington, DC, 19 y 29 de abril de 1999. La definición de seguridad que utiliza el autor proviene de Barry Buzan: “New patterns of Global Security” in International Affairs, Vol. 67, Nº 3, pp. 431-451.
Serbin, Andrés (coord.) (2007). Paz, conflicto y sociedad civil en América Latina y el Caribe. Buenos Aires: Icaria.

sábado, 28 de noviembre de 2009

Presentación del libro: Las relaciones difíciles, Marruecos y España




Presentación del libro:

Las relaciones difíciles, Marruecos y España

A. Assaoud
El tema de las relaciones entre Marruecos y España sigue siendo un foco preferente de atención y de interés. Cuenta en España con un enorme índice bibliográfico de distintas épocas, y diferentes autores del siglo XX con obras de carácter más o menos general, en artículos o estudios monográficos, que se han ocupado de las relaciones diplomáticas e históricas. Citamos en especial los artículos de: T.G.F., M.A.P., R.L.D., a la lista de estos autores españoles que estudiaron temas tan concretos del tiempo de Sidi Mohammad ben Abd Allah, han de añadirse unas obras de carácter general escritas también en el siglo XX, entre las cuales destacan las de Jerónimo Becker, Antonio Canovas del Castillo, Isidro de las Cagigas, Rodolfo Gil Grimau, V.M.L., Alfonso de la Serna, etc…
En Marruecos el tema, solamente cuenta con pocos estudios elaborados por algunos investigadores hispanófilos o hispanistas que destacan entre otros, como el ilustre historiador Mohammad Ibn Azzuz Hakim, y el celebre diplomático, escritor y periodista Mohammad Larbi al-Messari, quien presentamos en este acto su nueva obra.
Recuerdo que la A.T.A. había organizado en octubre de 1998 un encuentro u coloquio sobre el tema: España y Marruecos. Dialogo y convivencia. En aquel encuentro estaba la voluntad de una ONG que manifestaba de tal manera sus inquietudes al constatar de modo permanente que las relaciones hispano-marroquíes, no están al nivel de sus anhelos. El señor al-Messari, entonces ministro de comunicación marroquí dijo en su alocución de apertura: « No me es posible hablar sobre la posición de Marruecos y su papel en el Mediterráneo, sin considerar la naturaleza de las relaciones entre Marruecos y España... las relaciones humanas y culturales, además de las políticas y económicas, que tenemos con España, son lazos antiguos sólidos y diversos... ».
Ahora bien, al-Messari tiene el mérito de improvisar o elaborar una obra amplia haciendo el análisis de los problemas y causas que generaron los desaciertos y desacuerdos entre los dos vecinos. Además el libro contiene parte de estos análisis y realidades sobre factores y hechos que formulan varias polémicas, acerca de los cuales se ha especulado a veces con bastante desconocimiento de causa y razón. Uno de los motivos que impulsaron este trabajo era – a nuestro parecer – la necesidad de remitirse a ciertas aclaraciones relativas al estado en que se encuentran las relaciones marroco-españolas.
A través de unos cuantos ejes, al-Messari se entrega en una tradición histórico política que responde sobre todo, a un intento sistemático de analizar las relaciones entre Marruecos y España, polemizando todo un complejo de problemas y disparidades dentro de tres ejes: histórico, político y cultural. También, consta el libro de un modo de prologo, donde el autor daba a conocer al lector su relación primaria con el entorno hispano que le rodeaba desde su niñez hasta su madurez, al mismo tiempo hace constar su afán de escribir sobre España, y con fascinación después de la desaparición del régimen franquista y el establecimiento de la democracia.
En lo que atañe a polémicas históricas, el autor hace una pausa ante un periodo muy peculiar en las relaciones marroco-españolas, se trata de la época en que gobernaba en Marruecos el sultán Sidi Mohammad Ben Abd Allah, y el rey Carlos III en España. La política de amistad entre ambos monarcas, no obstante algunos incidentes más o menos graves, fue la tónica del periodo en el que se sitúa varias embajadas a ambos países. La Corte española recibía noticias del Imperio de Marruecos a través del P. Boltas, verdadero agente de la Corte en Mequinez. La apertura iniciada hacia Europa por Sidi Mohammad trajo también consigo una nueva forma de relacionarse Marruecos y España, el autor basándose en esta materia en los valiosos estudios realizados por el difunto padre R.L.D., trató de aclarar las ambigüedades que enredaron la interpretación del Tratado de 1767 apoyándose en el texto árabe publicado en la revista Tamuda en 1956.
Otro de los asuntos que turbaron la armonía de las relaciones, fue la demolición del fuerte Bonelli en Dajla mal interpretado por la sección española del Consejo Internacional de Sitios y Monumentos Históricos y Artísticos, además de pretender falsedades, que fueron puestas en evidencia por el autor basándose en los hechos históricos bien documentados.
Dentro de este complejo marco de desacuerdo, el autor nos lleva a un tema indefectible a través de un manuscrito antiguo sobre Ceuta merini, publicado en Tetuán en 1940 y luego en Rabat en 1969, se trata de « Ijtisar al-ajbar » de Mohammad ibn al-Qasim al-Ansari. Siguiendo la misma línea, comenta otro libro, el de Antonio Llaguno titulado « La conquista de Tombuctú » que le denomina el reportaje histórico, puesto que el autor del mismo hace una referencia cronológica de los hechos históricos relacionados con Marruecos en la época del Sultan Ahmed al-Mansur Essaadi, y consagra una parte para describir los reinos del Sudan, al mismo tiempo describe el protagonismo del almeriense Pacha Yuader quien encabezó la expedición saadi para someter el viejo Sudan.
Al-Messari trata también la conferencia de Algeciras efectuada en abril de 1906, a la que asistieron los representantes de las potencias europeas, y la delegación marroquí. Las potencias llegaron a coordinar sus políticas acordando otorgar un protagonismo especial a Francia y España, y regularizar la intervención política y económica europea en Marruecos, mediante la política de la « puerta abierta ». Nos muestra también, como la precaria situación interior en el país impulsó a la clase intelectual a planear reformas internas, cuyo fin era elaborar un proyecto de constitución reformista, y promover el intento de desentronizar el sultán Muley Abd-al-Aziz, y someter al entronizado sucesor Muley Abd-al-Hafid a cumplir unas condiciones para legalizar su jura (Baeia).
Pero, Marruecos en aquel tiempo no estaba preparado para responder a los retos de la Conferencia, tampoco tenía un proyecto fuerte de sociedad, su gobierno era compuesto de caides ajenos a la problemática que preocupaba a la élite que redactó la jura.
El segundo eje polémicas políticas, consta de unas cuestiones que marcaron la época de la independencia. Inmediatamente, al comenzar las negociaciones con España, se paralizaron por falta de entendimiento, el gobierno de Franco deseaba conseguir una total igualdad con Francia en el futuro estatuto de Marruecos, y pretendía que sin el consentimiento de España nada se podría realizar. Franco no admitió la independencia de Marruecos, y pretendió que dicho paso era prematuro, y que además el régimen de partidos no le convendría al país. Al-Messari anota que el caudillo español tenia la obsesión de conservar aún su imperio por más tiempo, y que estaba arraigado en él el concepto de « derechos históricos ».
Otro tema político, polémico e interesante para los interesados, es la idea del gran Marruecos, arraigada por las reivindicaciones territoriales: Mauritania, el Sahara oriental y Sahara occidental. Para comprender bien esta idea –dice al-Messari- hay que situarla en su contexto histórico, como parte de la lucha contra el régimen colonial y por la recuperación de la realidad territorial que el colonialismo europeo deshizo. En efecto, los territorios marroquíes fueron divididos mediante arreglos, “entente” y anexiones llevados por Francia. Cuando Marruecos reivindicaba Mauritania en 1956, creía que la realidad histórica debía restablecerse, y no era en pensamiento en sentido único, sino un pensamiento y sentimiento recíprocos, puesto que los nacionalistas mauritanos querían integrarse en Marruecos, así era la idea de Fal Uld Umeir, Day Uld Sidi Baba, Mujtar Uld bah y otros dirigentes. Cuando Marruecos se independiza en 1956, aparece la comunidad internacional con una agenda llena de prioridades inmediatas; la recuperación de su integridad territorial reconocida por la Conferencia de Algeciras en 1906. Marruecos tenía a casi todos los árabes y el continente africano a su lado en su lucha por la recuperación de su integridad territorial, gracias al prestigio de Mohammad V y el esplendor de su lucha por la liberación. No obstante, en la ONU, la última resolución de franco apoyo a Marruecos en lo que concierne el Sahara Occidental, fue en octubre de 1964, cuando la ONU exhortaba a España a entrar en negociaciones con Marruecos sobre los asuntos de soberanía que implicaba aquel territorio. Pero aquella era la última resolución en Pro de Marruecos, ya que en noviembre de 1965 surge el asunto Ben Barka, y el país adquiere paulatinamente la mala fama de asesinar a un líder político, donde faltan libertades y donde no hay cohesión interior. Era el aislamiento.
Después de este intermedio político-polémico, al-Messari hace una reflexión sobre un aspecto estructural de las relaciones hispano-marroquíes, se trata del déficit siempre existente; la persistencia del litigio sobre Ceuta, Melilla y las rocas, que sigue envenenando las relaciones bilaterales, cómo España evocaba continuamente los derechos históricos sobre Sidi Ifni, Sakia al Hamra y Rio de Oro cuando declaró en 1958 que fuesen provincias españolas con propia representación en las Cortes, y el episodio de Perejil (isla Tura) que resucito una literatura bélica cargada de prejuicios y falsedades, que divulgaron los medios de comunicación españolas respecto a Marruecos. El autor piensa con certeza, que Marruecos es tradicionalmente, una cuestión clave para el pensamiento estratégico español, pero que aparece a menudo como ilustración de una decepción, y muestra tres episodios de esta reflexión.
Con la España de la democracia ha llegado un cierto cambio a pesar de algunos dispares. Para al-Messari el futuro se anuncia en una perspectiva de serenidad, que permite preconizar unas relaciones sanas y sensatas, y muestra sus razones:
1-Las relaciones internacionales se rigen a base de la interdependencia de intereses. Las empresas españolas cuando invierten en Marruecos lo hacen porque es un negocio ventajoso, y porque saben que tienen lugar.
2-Marruecos es un país de Occidente. Las cuestiones que tocan la seguridad de la región, su estabilidad y el crecimiento de la cooperación, es obra común de todos. Toda política exterior de Marruecos está basada sobre el entendimiento, diálogo, paz y cooperación, sobre todo con España.
3-Marruecos esta empeñado en un proceso democratizador, premeditado para acceder a la modernidad. En este contexto todo su interés esta concentrado en mantener y profundizar sus relaciones con Francia, España, Portugal y Italia.
4-Tanto el proceso de la integración europea, como el plazo de 2010, implican que el diálogo de Marruecos con Europa, cada vez estará más condicionado por el proceso de integración europea, es decir que las relaciones entre España y Marruecos serán más objetivas, más racionales, y tal vez más libres de los arcaísmos que marcan hasta el momento las relaciones bilaterales.
El asunto del Sahara sigue siendo utilizado en los círculos políticos españoles, lo que ocurre usualmente es que, cualquiera que sea el color político de la mayoría, el gobierno se comporta con cierta cautela. Al- Messari evoca cuantos comportamientos considerando que se trata de un ping pong que surge en la política española, que se utiliza como objeto de acoso entre la mayoría y la oposición. Para él, en este asunto hay que distinguir dos fases: en un inicio se planteaba un problema de descolonización, como litigio entre Marruecos y España desde 1956 hasta 1975, y en la segunda como un litigio de carácter geoestratégico entre Marruecos y Argelia desde 1976. Asigna a esta distinción un análisis de hechos bien detallado.
Por último, en el eje cultural que no es tan polémico como se cree, en lo que se refiere a las relaciones con España, destacan sus reflexiones sobre el pluralismo cultural en Marruecos, los sefardíes en América, Islam y democracia, derechos de la mujer, y memoria compartida. No obstante, anotamos algunas pretensiones en algunos medios de información y ONGs españolas, sobre el antagonismo entre lo árabe y lo amazigh, el derecho de la mujer, la democracia y el integrismo, que el autor no ocurrírsele abordar, tal vez, para no ser prolijo en polémicas, y crear un ambiente de diálogo y concordia. El futuro de estas relaciones depende del grado de atención y estima que prestan mutuamente sus intérpretes de oficio. La experiencia del señor al-Messari está, desde luego, en el origen de su interesante libro, su objetivo es un intento de formular una teoría para el futuro de los dos países vecinos, que tendrán que enseñarnos cómo soportar las diferencias, los desentendimientos, y racionalizar sus
relaciones.





BREVE COMENTARIO DEL LIBRO “HISTORIA DE MARRUECOS”


BREVE COMENTARIO DEL LIBRO “HISTORIA DE MARRUECOS”
D. Abdelaziz Assaud

En principio quiero elucidar que mi exposición, no pretende elaborar una crítica histórica sobre el contenido de la obra magistral que ha escrito el profesor D. Víctor Morales Lezcano, ya que no he tenido suficiente tiempo como lector, para poner en crítica tal trabajo, aunque el autor mismo confiesa tener varias omisiones y carencias en su trabajo. Pero aquello, no me dispensa de exponer algunas notas criticas posteriormente, no al tenor del libro, sino a la forma como se elaboro.
Víctor Morales Lezcano es un buen conocedor del tema de Marruecos, un estudioso de las relaciones hispano-magrebíes entre 1830 y 1962, en su primer libro inclinado sustantivamente del lado de la Historia Contemporánea. Había abordado por vez primera en la historiografía española el estudio que resume la trayectoria del colonialismo hispano-francés en Marruecos, entre las décadas de 1898-1927, en su primer libro editado en 1976 por el siglo XXI editores. Sobre la cuestión se ha escrito bastante, con calidades que no siempre han obtenido el beneficio placito del espíritu crítico, salvo unas cuantas excepciones. No obstante, el profesor V.M.L. se prestó a asumir otro valioso trabajo que estimamos un complemento al anterior, y que aborda el tema del Protectorado español en Marruecos (1912-1956), editado por la U.N.E.D. en 1984. Tal libro, ha sido pensado como un trabajo de síntesis con la intención de analizar el juego de tres fuerzas profundas o instancias diacrónicas _ como pretendía el autor mismo_ la implantación, el interregno, y la posguerra, a lo largo del paréntesis colonial fuertemente marcado por la guerra del Rif y la Guerra Civil española.
La historia de Marruecos hecha en España, solo cuenta con algunos vestigios bibliográficos de épocas pasadas, como la obra del clérigo Manuel Pablo Castellanos que data del ultimo tercio del siglo XIX, denominada “Descripción histórica de Marruecos y breve reseña de sus dinastías” (Santiago de Compostela 1887). O bien enfoca periodos y cuestiones parciales sin que ello se haya traducido en las cinco últimas décadas en un intento de añadir mas dimensiones monumentales a una historia de Marruecos que colme el vacío bibliográfico que advertimos.
De la época colonial contamos con obras, como “Historia de Marruecos. Apuntes para la historia de la penetración europea, y principalmente de la española en el norte de África”, Madrid, 1915, de Jerónimo Becker. El libro de Antonio Canovas del Castillo “Apuntes para la historia de Marruecos”, Madrid, 1913. Y las obras de Tomas García Figueras “Marruecos”, Tetuán, 1955. “Miscelánea de estudios históricos sobre Marruecos”, en 1949. También hubo varios escritores que han elaborado muchísimos artículos sobre temas específicos, tales como la arqueología marroquí de Miguel Tarradell, o temas de educación y enseñanza en general durante el Protectorado español de Fernando Valderrama. A todo ello, añadimos los estudios concentrados en el siglo XVIII de Mariano Arribas Palau en diversas revistas históricas. Es muy interesante recordar y reconocer aquí la labor que llevo adelante, el también clérigo investigador D. Ramón Lourido Díaz especializado en el siglo XVIII marroquí, y precisamente en el sultanato de Sidi Muhammad ben Abdallah.
La experiencia marroquí del D. Morales Lezcano está, desde luego, en el origen de su “Historia de Marruecos”. El objetivo de la obra está explicado por el propio autor en su introducción: “Este es un libro que sintetiza la historia de Marruecos...el relato de la evolución en el tiempo de uno de los tres países vecinos próximos de España..Es, además, historia de las relaciones exteriores de Marruecos desde el principio hasta el final, de sus contactos con el Magreb, con los limites subsaharianos del Marruecos profundo, con los pueblos y las civilizaciones latinas del Mediterráneo occidental y con el mundo ibérico muy especialmente”.
El proyecto del autor se sitúa, pues, consciente y explícitamente, en el intelecto de que Marruecos o el “Magreb al-Aksa” apareciera perfilado en cada momento apropiado, respecto a su posición dentro de la ocupación romana, durante el nacimiento del Medievo, y su islamización. En cuanto se acercase a los tiempos modernos la narrativa entrase en mayores detalles y extensión, de forma que el conocimiento de Marruecos, en realidad, el conocimiento de un vecino inmediato en cuya cercanía se reconoce una aligación especular, que se define, entre otros, como el “vecino inquietante” o “vecino alejado”. El autor dilucida el ámbito ideal que arraiga en el imaginario de los españoles proporcionado por una “aversión secular” hacia el musulmán o marroquí. Hay que empezar por matizar el pasaje citado en la introducción de le obra, en el que Morales Lezcano afirma que: “El común de los españoles, arrastra una rémora historiográfica en el dominio de las historias nacionales que salta a la vista de cualquiera. Es decir, nos falta haber llevado a buen fin un proceso que venimos llamando de nacionalización de los enfoques historiográficos, atinentes a países, pueblos y naciones de nuestro entorno geohistorico transpirenaico y trasmediterráneo. Mientras sigue pendiente esta deuda, entendimos, por parte nuestra, que era ésa nuestra tarea: redactar una síntesis, una historia de Marruecos”. A más aquello, aclara el autor: “de puro creer que uno no necesita conocerse ni indagar sobre su identidad, buena, normal y canónica, es como nacen el prejuicio y su subproducto, el estereotipo, con la consiguiente deformación de la opinión. Mucho hay que hacer todavía en este campo de juego hispano-marroquí”.
A través de unos cuantos títulos clásicos y otros recientes, V.M.L. de integra en una nueva tradición historiográfica que responde sobretodo, a un intento sistemático de analizar las relaciones entre Europa, España y el Magreb, a partir del reinado de Sidi Mohammad ben Abd-Allah hasta la mitad del reinado de Hassan II.
El plan del autor requiere, pues, por su exhaustividad, una explicación complementaria de la que él mismo da, y que se encuentra parcialmente, en la tradición historiográfica a la que la obra de Morales Lezcano pertenece. Sin embargo, ésta no es la única razón que explica la ambiciosa concepción de la obra. Esta consta, de tres partes, la primera de ellos contiene una historia de Marruecos, desde los “siglos oscuros” como pretendía el autor, hasta el final del siglo XVIII. Esta primera parte, como concebimos, aglomera muchos periodos decisivos en el componente histórico del país, no sea que, el autor quiso dejar por negligencia, tal cual, solamente les asigna unas 136 paginas. La segunda parte abarca el siglo XIX, y orienta toda la importancia hacia la conflictividad que genero el imperialismo colonial, en menos de 70 paginas. Solo la tercera parte del libro acumula el conjunto esencial de la narración, con 200 páginas, puesto que, se trata de la época más intima al autor, sobretodo, su vinculación a través de sus fecundos estudios mencionados anteriormente.
El resultado práctico de este trabajo elucida la existencia de un desequilibrio (a) no lógico, en las partes mencionadas, si nosotros consideremos la importancia académica de la obra. Tal vez, el autor, nos prescinde de esta fatiga mientras revele el aspecto docente que procura, y la coexistencia deseable entre ambos pueblos vecinos: “Esta historia de Marruecos pretende ser... una guía para españoles adultos y profesores de historia a lo largo y ancho del país. Si hubiese algún profesor o lector marroquí que se sumara a ese club de lectores, tanto mejor.(mi considero uno de ellos) La recepción de la obra en Marruecos, por critica que sea, no hará sino bien a nuestras relaciones históricas de vecindad, pues coexistimos a pesar de nuestras fronteras, de nuestras percepciones entrecruzadas y nuestras interpretaciones historiográficas”.
Y por ultimo, presentar estas observaciones no significa, ni mucho menos, disminuir el gran esfuerzo que ha rendido el historiador mismo, en el pasado, y lo rendí en el presente, o lo rendirá en el porvenir, en el interés de los dos vecinos pueblos, vinculados por una historia compartida.

miércoles, 25 de noviembre de 2009

"Los marroquíes tienen que tomar conciencia de sus derechos y reclamarlos" MOHAMED SERIFI VILLAR


MOHAMED SERIFI VILLAR


"Los marroquíes tienen que tomar conciencia de sus derechos y reclamarlos"


18/11/2009

Texto y Foto:

Ferdaous Emorotene-Tánger.

Mohamed Serifi Villar es el coordinador local de Unicef y del Fondo de Naciones Unidas para el norte de Marruecos. Fue condenado durante casi 20 años a cadena perpetua por defender las libertades.
Serifi nació en Tánger, de madre española y padre marroquí, "una contradicción" por nacimiento como comenta a nuestro diario. En esta entrevista, cuenta su lucha fuera y dentro de la cárcel sus pensamientos así que sus ambiciones.

-¿Cómo se vivía en una casa en la que convivían dos religiones?

-En casa, mis hermanos seguían con la religión cristiana impuesta por un musulmán, hemos vivido así sin tener ninguna diferencia entre todos mis hermanos. Mi padre imponía a mis hermanos cristianos que fuesen a la iglesia los domingos como respeto a la memoria de su difunto padre y también por respeto a mi madre.
Por eso, me he pasado desde mi adolescencia y juventud a un término ideológico, el comunista, comunista y sin tener fronteras entre países es internacionalista, es ser tolerante, es considerar que la religión es algo muy personal y secundario en el desarrollo humano y eso lo que me ha salvado de esa contradicción interna y he podido convivir con el islam, el cristianismo y el judaísmo y respetar las religiones sin ser absoluto religioso.


-Fue encarcelado durante 18 años...

-Entré en la cárcel por esta contradicción. Ya nací republicano, ya nací digamos con una adhesión a una idea de la libertad y el respeto humano, con una idea de lo que es una república. Nací con un pueblo en rebeldía, con una madre que me contaba lo que ocurrió en España, con gente que había venido de España, gente republicana, los anarquistas, que fueron nuestros verdaderos maestros. Nací con los amigos de mi padre republicanos que trabajaban en el puerto. Mi padre era también un resistente en el protectorado.

De muy niño me llamaban ‘el comunista’ de la familia. Nací con algo muy importante y con una sensibilidad en contra de la injusticia y de todo lo que es impedir al otro de existir.

Luego está si tú aceptas quién eres, tienes una conciliación contigo mismo, estás en paz con los hombres, estás porque admites lo que eres y no tienes luego ningún arrepentimiento de haber sido quién eres. Me he pasado 18 años en la cárcel, dos años en la clandestinidad, condenado a perpetuidad por ser republicano simplemente y nunca he sido violento, la violencia no existía en nuestros pensamientos, lo que existía es la lucha de ideas esas contradicciones, lucha contra la injusticia, pero lucha en organización estudiantiles.

-¿Y cómo era Tánger en esa época?

-Tánger por su posicionamiento geográfico por las comunidades diferentes que han vivido en Tánger, por las relaciones que hemos tenido con la minoría judía, con los cristianos, con la convivencia real que hubo. Aquí en Tánger nunca hubo el Melah (barrio donde viven los judíos), por ejemplo, en Tánger ser judío o cristiano o musulmán no le teníamos como diferencia, que nos unía es la amistad, las comidas conjuntas la vida de todos los días.

Por otro lado, que Tánger habiendo vivido un periodo de internacionalidad, ha vivido otra experiencia. Además de eso, ese pequeño desencuentro desde el 1956 con la monarquía fue considerado por la monarquía que Tánger y la parte del norte como la parte rebelde por la historia con Abdelkrim Khattabi.

Realmente, el tangerino y la gente del norte tienen esa diferencia y ese orgullo de ser diferente hasta en lo que concierne la política. Aquí estamos más cerca de Europa, cerca de las ideas. Por ejemplo, yo de pequeño ya sabía lo que era el Frente Popular Francés, ya sabía lo que era el periodo republicano y ya sabíamos qué era la Brigada Internacional.

-¿Cuántas lenguas habla usted?

-Hablo árabe, español, inglés, italiano y un poco de catalán. Tánger en sí misma era una escuela de lenguas. El italiano, por ejemplo, se me impuso, y siempre cuento esta anécdota: La culpa es de Gramsci. Estando en la cárcel recibí los escritos de Gramsci en italiano yo no hablaba ninguna palabra de italiano en aquel entonces, y me puse a aprender el italiano porque tenía que leer ese libro y de allí a comprar libros y ya hablo la lengua italiana, pero no la hablo como el español porque es mi lengua materna, pero sí puedo mantener una conversación.

-Creo que fue el primer encarcelado al que le permitieron casarse dentro de la cárcel.

-Tenía 18 años cuando obtuve mi bachillerato. Dos años antes había conocido a una chica que tenía 15 años, nos enamoramo a muerte los dos, estuvimos los dos encarcelados, ella condenada a 5 años, de prisión. Ya liberada, le dije ahora tú vas a hacer tu vida y me dijo: "Yo me quedo contigo". Y hemos seguido juntos hasta este momento.

Allí empezó esa lucha dentro de la cárcel. Llegamos a imponer que teníamos una humanidad al nivel de estudios, en recibir los libros, teníamos también una intimidad humana de querer amar, de querer ver, porque cuando estuvimos en los primeros calabozos, teníamos una banda sobre los ojos, durante 2 años. El derecho de ver. De vivir y todo eso lo llegamos a imponer en la cárcel todavía sigo con la misma mujer, con rabia.

-Si no se hubiese entrado usted y su esposa en la cárcel, ¿cómo creen que sería su vida?

-Mi madre siempre se culpaba de haber estado en la cárcel, porque en 1969, cuando obtuve mi bachillerato, conseguí una beca para terminar mis estudios en Cuba, pero mi madre sabía que si me iba a Cuba y a América Latina, donde todavía no habían asesinado al Che Guevara, ya me quedaba allí... Mi madre se opuso y terminé mis estudios en Marruecos. Pero creo que si no hubiese ido a la cárcel, quizá hubiera estado en un pelotón de ejecuciones porque en aquel entonces la lucha era frontal.

Encuentro a gente que ha estudiado conmigo y que han sido doctores, profesores, ministros y, realmente, si algo me enorgullece de haber pasado por la cárcel es no haber sido todo eso sino que he seguido mi trayectoria.

Muchas personas me han dicho que he perdido casi 20 años de vida en una habitación de 50 metros por 20 y yo les pregunto: ¿Y tú que has conseguido? ¿Más dinero, tienes una casa y un coche..? Entre el ser y el existir existe algo muy importante, la riqueza es una riqueza interna, no externa, así que estoy satisfecho y si tuviera que hacerlo de nuevo (volver a la cárcel), lo haría por supuesto.

Cuando has luchado y lo has hecho con alegría en contra de una injusticia, aunque hayas recibido muchos sufrimientos siempre te quedas con que cuando estabas en esa lucha, lo hacías porque estabas convencido y lo hacías por una causa enormemente humana y justa.

Y si sigues creyendo en esto es como un pestañeo de ojos. Para mí, los 18 años en la cárcel han sido como un abrir y cerrar de ojos, pasó en la vida, no pasó fuera de la vida, no pasó entre paréntesis, es vida también en la cárcel, es vida muy bella porque en la cárcel estás enfrentado a ti mismo y no al otro. Allí tienes que tener un espacio dentro de tí para entrar, si no lo tienes ya realmente enloqueces y te desesperas.

-¿Cree que la juventud de hoy se interesa en la vida política como su generación?

-No, yo pienso que se ha hecho todo a través de esas represiones que no iban equipados con el delito cometido. Por ejemplo, había compañeros que distribuyeron únicamente un panfleto y tuvieron 20 años de cárcel. Todo eso ha llevado a una progresiva despolitización de los jóvenes. Supongo que es responsabilidad del Estado y también de esa corrupción internacional que habido en separar la juventud de una participación real en la vida pública, y no diré la política... crear artificios de interés para la juventud, como la droga, en la prostitución, esa vida que progresivamente creó la idea de que hoy en día estamos más interesados en lo material.
Pero los jóvenes también tienen una capacidad de lucha enorme en otros valores que son necesarios para ese compromiso político. La juventud intenta por todos los medios en el pequeño espacio que le han dejado para acercarse a la música humana, al amor, a la amistad...

-¿Algo que le gustaría cambiar en la vida de los marroquíes?

-Simplemente que cualquier marroquí mujer o hombre sepa que le ampara un derecho nacional y un derecho internacional, y que tengan la capacidad y la voluntad de reclamar sus derechos.

Que tienen deberes pero también que tomen conciencia de que esos derechos son amparados por la sociedad internacional y son amparados por las leyes locales.


-¿Serifi, es de origen rifeño?

-Realmente no soy rifeño ni del este, todo el mundo desde que estuve en Rabat como estudiante me decían que era del Rif o de Oujda. Soy tangerino, mi padre era 'jbli' (es como se denomina a los marroquíes de esta zona) pero todo el mundo comparte la misma idea y siempre me lo han preguntado.

Pero, tengo algo de rifeño en lo que se refiere a la actitud. Por ejemplo, para mí AbdelKrim Khatabbi es alguien que está integrado en mi vida cotidiana, representa la resistencia contra la injusticia cotidiana y en contra de todos los opresores y de todas las injusticias.

Ha sido un poco todo eso lo que me ha identificado directamente con 'ser rifeño’. Rifeño, entre comillas, normalmente se asocia con el concepto de luchador, altivo, son esos valores comunes a la gente del norte normalmente.

domingo, 22 de noviembre de 2009

'Encuentro en Tánger'novela ' de José Luis Barranco


NOVEDAD EDITORIAL
La obra, la primera de su autor, cuenta la historia de un español que, huyendo de una historia de amor desafortunada, llega hasta los países del sur buscando sexo en lugar de amor, pero en Tánger conoce a una mujer de la que se enamora desesperadamente y cuyos sentimientos hacia él son ambiguos.

sábado, 14 de noviembre de 2009

Los verdaderos piratas,*Joaquim Sempere


Somalia
Los verdaderos piratas
*Joaquim Sempere 07/11/09

En 1991 se hundió el orden político de Somalia, país que sucumbió a una guerra civil empeorada por la intervención estadounidense. El colapso político dejó la sociedad somalí sin defensas, situación que fue aprovechada por navíos procedentes de Europa, Estados Unidos, China y otros países para verter en sus aguas grandes cantidades de residuos tóxicos y radioactivos. El abuso se hizo visible cuando, en 2005, un tsunami depositó en las playas y costas somalíes bidones corroídos y otras muestras de estos residuos. Según el enviado de las Naciones Unidas en Somalia Ahmadou Ould-Abdallah, la porquería tóxica acumulada en pocos días por la catástrofe marina provocó úlceras, cánceres, náuseas y malformaciones genéticas en recién nacidos y, al menos, 300 muertes.
Pero las desgracias no terminan ahí. Aprovechando el desgobierno, una multitud de barcos de pesca empezó a faenar en las aguas frente al país, incluidas sus aguas territoriales. En 2005 se calculó que pescaron allí unos 800 barcos de distintos países, muchos de ellos europeos y, más específicamente, españoles. Se estima que los ingresos generados durante un año por esta pesca extranjera ilegal ascendía a 450 millones de dólares. El resultado fue la rápida disminución de unas reservas pesqueras que eran el principal recurso para las comunidades de pescadores del país, catalogado como uno de los más pobres del mundo.
Un reportaje de Al Yazira informa de que grupos de somalíes trataron de constituir un cuerpo autodenominado “Guardacostas Voluntarios de Somalia”, reuniendo dinero con el que pagar a la empresa estadounidense Hart Security, que se dedica a entrenar y formar luchadores y mercenarios por todo el mundo –y que, años más tarde, ha actuado como mediadora para el cobro de rescates en aquellas mismas aguas: ¡negocio redondo!–. Al parecer, hubo intentos de esos guardacostas voluntarios de negociar con los buques de pesca extranjeros para que dejaran de faenar o pagaran un impuesto para seguir haciéndolo, intentos que resultaron fallidos. El desenlace final fue lo que hoy se califica como piratería somalí. En un país plagado de armas, desgarrado por bandas rivales y sometidas a una situación económica desesperada, un desenlace así no debería sorprender. A la vista de lo anterior es legítimo preguntarse: ¿quiénes son, en esta historia, los verdaderos piratas?
Hay en España quien propone que los atuneros españoles (que son sobre todo vascos) lleven militares a bordo para disuadir a los piratas. En el Parlamento vasco, los votos del PP y el PNV han hecho posible el pasado 8 de octubre aprobar una moción en esta línea. El Congreso ya lo había descartado meses antes arguyendo que la legislación española no lo permite. Francia sí lo permite, y hace tiempo que en el Índico los barcos de pesca franceses llevan militares a bordo. Pero esta diferencia es de detalle: ambos países lograron que el 10 de diciembre de 2008 los ministros de Defensa de la Unión Europea aprobaran la llamada Operación Atalanta contra la piratería somalí, y que se diera luz verde al envío de entre 6 y 10 buques de guerra para “garantizar la seguridad” en el golfo de Adén con el mandato de vigilar las costas de Somalia, “incluidas sus aguas territoriales”.
Estos hechos muestran que el colonialismo no sólo no ha muerto, sino que está tomando nuevos bríos. Y un nuevo aspecto marcado por la crisis de recursos naturales, en este caso la pesca. Las flotas pesqueras de los países ricos, compuestas por buques con capacidad para moverse por todos los mares del mundo, esquilman un caladero tras otro: son las principales culpables de la sobrepesca que desde hace años viene destruyendo la capacidad de regeneración de las especies marinas y preparando un colapso de las capturas a escala mundial. Las primeras perjudicadas son las poblaciones de los países pobres que dependen de la pesca local: ellas carecen de flotas potentes para pescar lejos de sus costas. El caso somalí es uno de los más sangrantes por las circunstancias políticas internas, pero no es el único.
España está recuperando sus blasones imperiales contribuyendo a empobrecer a uno de los países más pobres del mundo. Al hacerlo no sólo comete una injusticia, sino que practica una política sin futuro también para sus habitantes. Porque cuando ya no haya caladeros por explotar en ningún rincón del mundo, ¿qué harán nuestros marineros y pescadores?
Es una indignidad aprovecharse de un país desangrado por una guerra civil y luego mandar a los soldados a defender una causa indefendible que no hace más que profundizar la tragedia de ese pueblo. Y si se quiere mirar desde otra óptica, ¿cuánto nos cuesta mantener la dotación de dos buques de guerra, un avión y 395 efectivos de la Marina española que tenemos destacados en la zona?
El caso tiene su moraleja. Un país desarrollado como España no debe, tras agotar sus propios recursos pesqueros, expandirse por los mares del mundo privando a otras poblaciones más pobres de sus medios de subsistencia, porque agrava la situación de esas poblaciones y las empuja a una resistencia que desemboca en aventuras violentas y salidas militares. La solución hay que buscarla en casa, adaptándose a unos ecosistemas dañados y gestionándolos mejor (por ejemplo, con la piscicultura como alternativa a la pesca), y adoptando medidas previsoras para que nadie se quede sin trabajo y sin fuente de ingresos. Es inquietante que se esté haciendo exactamente lo contrario: optar por la huida hacia delante y por un neoimperialismo ecológico reforzado militarmente que sólo puede redundar en un empeoramiento de la situación.

*Profesor de Teoría Sociológica y Sociología Medioambiental de la Universidad de Barcelona


Video:Consecuencias ecológicas-económicas positivas de los piratas para la población autóctona:
http://www.youtube.com/watch?v=PXUBpmgAnjA&feature=player_embedded

Knaan, músico somalí habla sobre los piratas:
http://www.youtube.com/watch?v=UTxJLlQCe4U
Al Jazeera con los piratas y las consecuencias negativas:
http://www.youtube.com/watch?v=t9fIj4u3RKAhttp://davidsegarrasoler.blogspot.comwww.guaratarofilms.com